O das mandadeiras era un colectivo moi numeroso, maioritariamente feminino, que se dedicaba a facer mandados, recados, encargos, nas casas particulares, nos comercios, nos hoteis ou no porto. Moitas casas tiñan á man unha mandadeira que pasaba de cando en vez pola casa para ver se precisaban facer algún recado, levar unha carta a correos, un paquete a outra casa, ou tamén desde os comercios levan á casa as compras realizadas… Era un traballo que ás veces requiría moita forza, como era o realizado movendo maletas e grandes fardos desde as casas, os hoteis e fondas até os barcos no Porto. Estas traballadoras en moitas ocasións tiveron que facer fronte á vulneración dos seus dereitos por parte dos homes, que facían traballos semellantes e que as consideraban unhas intrusas. En xuño de 1919, crean o sindicato “A enerxía social” e grazas á forza da unión enfróntanse ao colectivo de hoteleiros e fondistas polas estafas e comisións ilegais que aplicaban aos viaxeiros denunciando por medio de follas voandeiras esa situación.
“… ¿No se realiza, con creces, esa explotación por cuantos obligados por la ley a tener a la vista las tarifas retíranlas cuando hay “barco a la vista”? ¿Y no es público también que hay quien cobra al pasajero cinco o más pesetas por baúl y pagan a la demandadera con seis reales, precio actual de tarifa? … ¿a qué obedece la visita de los hoteleros y fondistas al gobernador? ¿Qué persiguen esos señores? ¿Qué es lo que se proponen? Pues sencillamente explotarnos a nosotras y a los pasajeros. Siendo ellos, como hasta aquí han sido los que se entendían con éstos, bien claro está que a lo que apuntan es que dicho estado de cosas continúen por su sólo y exclusivo beneficio.
… Nosotras advertimos al gobernador y al pueblo que esos señores intentaron sorprender su buena fe haciéndole ver las cosas bajo un aspecto risible. ¡Moralidad! ¡Buena esté la moralidad, señores del margen! ¿O es que aspiran ustedes a acaparar el servicio? ¿Es así? ¿Hemos dado en el clavo? Pues en esta actitud continuaremos hasta conseguir lo que ustedes no podrán alcanzar, y aún cuando somos mujeres nos sobra energía para no dejarnos arrebatar lo que ustedes pretenden con su loca ambición y desmedrado egoísmo.
…impóngase el buen sentido y no traten de arrebatarnos un pan amasado con trabajo penosísimo. Reduzcan ustedes ese propósito de querer lucrarse aún más con el sudor ajeno…”
Para saber máis: El Sindicato de demandaderas del puerto “La energía social” al pueblo. La Voz del Obrero – Suplemento ao número 313.